miércoles, 16 de marzo de 2011

Vals con Bashir (2008), de Ari Folman.

Si no has visto la película o quieres recordarla, visita...
web de la película (castellano)
webo oficial de la película (inglés)




REFLEXIÓN
No sé qué reflexión hacer sobre esta película. ¿Qué decir? ¿Lo terrible que es la guerra, lo cruel que puede llegar a ser el ser humano? No sé, creo que tan sólo serían palabras, que al cabo del tiempo se olvidarían. Perfectamente todos nos sabemos la teoría sobre lo mala que es la guerra y la violencia, pero en la práctica al parecer no está tan claro. Por ejemplo, cuando vemos en las noticias que en un determinado lugar ha ocurrido tal catástrofe o que tantos millones de personas mueren de hambre solemos sentir pena por esas personas, pero al rato ya ni nos acordamos. Por eso, creo que lo importante es que haya gente que actúe más y que hable menos y eso depende de nosotros: las nuevas generaciones. Dejemos a un lado nuestra comodidad para ayudar a los que sufren.

Por estas razones, más que de la guerra en sí, voy a hablar de lo importante que es tener presentes las cosas malas que nos han pasado en la vida.
Llama la atención que el protagonista, Ari, intente recordar lo que vivió en la guerra en Beirut tras darse cuenta de que no recuerda nada de ese periodo de su vida después de hablar con un amigo sobre un sueño.
Lo causa más probable de que haya olvidado un hecho tan trágico es que sea una especie de mecanismo que tiene la mente para defenderse de los malos sentimientos.
Nosotros también intentamos muchas veces olvidar determinados hechos que nos han resultado difíciles de vivir. Pero ésta no es la solución.
La solución ante los momentos difíciles de nuestro pasado no es intentar olvidarlo y vivir como si no hubieran ocurrido. La solución es enfrentarnos a ellos e intentar aprender y sacar algo positivo.
Herman Keyserling dijo: “Muy pocos grandes hombres proceden de un ambiente fácil.”
Lo que nos quiere decir es que cuando pasamos por momentos duros podemos madurar. Esto es porque cuando pasamos por estas situaciones adversas, si tenemos una buena actitud, nos damos cuenta de las cosas que realmente tienen importancia en la vida y aprendemos a valorarlas, es decir, crecemos como personas.

Pero, también hay otra actitud que se puede tomar cuando nos encontramos ante una situación difícil. Nos podemos sentir los más desgraciados del mundo y preguntarnos constantemente por qué nos ocurre a nosotros. En este caso, lo que hacemos es autodestruirnos, nos convertimos en personas que se sienten desgraciadas y que se desaniman fácilmente porque también son pesimistas.

Por lo tanto, podemos clasificar las actitudes ante una situación adversa en tres grandes grupos según la actitud que tomemos. La primera actitud sería la de intentar olvidar lo ocurrido y vivir como si nada hubiera pasado. La segunda sería la de afrontar la situación e intentar aprender de ella. La tercera sería la de sentirnos desgraciados.

La primera actitud suele ser respuesta de la tercera, sentirnos desgraciados e intentar olvidar porque es algo malo y la única manera de conseguir la felicidad es eliminar el sufrimiento de nuestro pasado. Esta sería una actitud cobarde, a parte de perjudicial, aunque también comprensible.Tomando esta actitud, seguramente nos sentiremos tristes y seremos propensos a estar depresivos.

Sin embargo, si escogemos la segunda actitud, los resultados serán beneficiosos para nosotros: aprenderemos a valorar mejor las cosas importantes y no le daremos tanta importancia a las cosas secundarias. Como resultado, maduraremos y nos sentiremos afortunados de haber aprendido.
Es necesaria una aclaración. Nonos sentiremos afortunados por haber sufrido, sino por haber aprendido, aunque haya sido a costa de sufrimiento. Es necesario aprender que es más importante crecer interiormente que llevar una vida cómoda, ya que lo primero nos acercará más a la felicidad y lo segundo no es necesario para ser feliz.


En conclusión, lo importante ante las situaciones difíciles es intentar aprovecharlas y afrontarlas.

Es necesario aclarar que el olvido del protagonista no está causado voluntariamente, sino por una especie de mecanismo de defensa de nuestra mente. De hecho, al intentar recordar, Ari Folman adquiere una buena actitud, porque sabe que es una parte importante de su vida y no quiere olvidarla.

Es buena para la ocasión la siguiente cita de Oliver Goldsmith: “El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda.”
Al igual que es importante tener una buena actitud contra la adversidad, también es necesario que nos apoyemos unos a otros para superarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cargando el blog...