viernes, 3 de junio de 2011

ΠΛÁΤΩΝ PLATÓN

Como ya dije en las dos entradas anteriores, en la asignatura de griego algunos alumnos hemos llevado a cabo un trabajo sobre la filosofía en la Antigua Grecia, es decir, sobre los fundamentos más antiguos de la filosofía occidental. Me gustaría compartir con todos algunos fragmentos, creo que los más destacables, de las partes del trabajo que a mí me ha tocado hacer: los sofistas, Sócrates y Platón. En esta entrada hablaremos de Platón, del eje de su filosofía: el mundo de las Ideas.

El centro de la filosofía de Platón lo constituye su teoría de las ideas. La concepción de Platón, en ese sentido, es altamente sistémica; por lo que su teoría del conocimiento, su ética, su metafísica, su política siempre deben ser abordadas a partir de ella.

En términos filosóficos, puede decirse que la teoría de las ideas es el fundamento epistemológico y ontológico de la concepción ética y política de Platón.

Para Platón las ideas no son meros conceptos existentes en la mente del individuo, sino que son realidades que existen en sí mismas, independientes de las cosas o hechos particulares, aunque sean elaboradas a partir de la experiencia. El conjunto de las ideas conforma uno de los órdenes del mundo real, el orden de lo inteligible.

Las ideas son la esencia de las cosas, son su verdadera causa y fin, y son eternas e inmutables, permanecen siempre idénticas a sí mismas. Ostentan simplicidad y unidad. Al ser entidades reales, también son perfectas, puras, inmateriales. El conjunto de las ideas constituye un sistema organizado, jerarquizado, en el cual la idea de Bien está por encima de todas.

Para Platón, las ideas son realidades que el alma conoció antes de nuestro nacimiento.

Según Platón, el alma es eterna, de modo que existe antes de unirse a un cuerpo y continúa existiendo cuando el cuerpo muere. El ser humano resulta de una unión accidental entre cuerpo y alma. El cuerpo pertenece al mundo sensible, pero el alma corresponde al mundo inteligible. Por eso el cuerpo es cambiante, está en continuo movimiento; en tanto que el alma es eterna y permanente. El alma es, asimismo, la responsable del conocimiento.

La virtud, expresada con la palabra griega areté (αρετή), es el máximo desarrollo de las cualidades y potencias de una persona. Una de las cuestiones en torno de las cuales Platón suscitó mayor polémica - siguiendo el camino contrario a los sofistas iniciado por Sócrates - consistió en si la virtud puede ser enseñada y aprendida; como pretendían los sofistas al sustentar que podían desarrollar la capacidad política de los ciudadanos.

Platón en La escuela de Atenas de Rafael; señala al cielo en alusión al mundo de las Ideas.

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