
Los sofistas lograron tener gran influencia entre la juventud griega ya que poseían gran dote de retórica y de dialéctica. Muy por el contrario de los filósofos, su finalidad intelectual no era la búsqueda de la verdad, sino lograr un alto prestigio en sus discípulos y oyentes, obtener jerarquía política, social y monetaria.
En un comienzo ser sofista no era deshonroso. Gracias a su preparación e influencia, el sofista fue considerado como la imagen intelectual y carismática del saber, siendo apreciado por gran parte de la élite social ateniense.
Sin embargo, el movimiento degeneró, se convirtió únicamente en un medio lucrativo, para manipular a la sociedad griega con argumentos relativos y hasta con falsas nociones tan sólo para obtener alguna utilidad material.
Para el pensamiento sofista la verdad depende del sujeto, de la interpretación y visión de cada persona. El bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen de la perspectiva personal con la que se valora algún hecho o situación. Entre sus célebres sentencias se encuentran: “Todo es relativo”, “el hombre es la medida de las cosas”, “la verdad no existe”, “existen sólo opiniones, no verdades”, “cada individuo percibe el mundo a su modo y conveniencia”. Fueron precursores del exagerado uso de la opinión, no importando si estas opiniones fueran absurdas y sin fundamento, y provocaron grandes daños a la educación y formación de los jóvenes griegos.
El sofismo fue muy criticado y corregido por los grandes intelectuales de la antigua Grecia, pero sobre todo por Sócrates, Platón y Aristóteles. En la actualidad podemos ver individuos que nos recuerdan a estos célebres pensadores griegos. Específicamente en el campo de lo que llaman “superación personal”, pseudos-filósofos emiten (venden) conferencias, libros, artículos y demás mercancía. Estos individuos se valen de argumentos sentimentales y alejados de todo conocimiento verdadero, se convierten en excelentes mercaderes, sin importar si en realidad ayudan a las personas.
Para el sofista, el saber tiene una finalidad lucrativa, para el filósofo, un camino hacia la plenitud humana.
Principales sofistas:
PROTÁGORAS - Πρωταγόρας
Admirado experto en retórica que recorría el mundo griego cobrando elevadas tarifas por sus conocimientos acerca del correcto uso de las palabras.
Fue un gran pensador viajero, celebrado y necesitado allí donde fuera. Vivió largas temporadas en Atenas, donde conoció a Sócrates.
Junto a Gorgias, fueron los únicos sofistas considerados filósofos por Platón y Aristóteles.
Según se cuenta, una de sus actividades cotidianas consistía en acudir a lugares públicos, donde defendía encarnizadamente una tesis relativa a una cuestión cualquiera; una vez derrotados y convencidos sus interlocutores, comenzaba a defender la tesis contraria, hasta doblegar nuevamente a quien interviniese en la disputa, y así sucesivamente se contraargumentaba una y otra vez, haciendo gala de su retórica.
Se le atribuyen las tesis: "Nada existe" "Si algo existiera, no podría ser conocido por el hombre" "Si algo existente pudiese ser conocido, sería imposible expresarlo con el lenguaje a otro hombre"
Ganó gran reputación escribiendo discursos por encargo para que los pronunciaran otros.
Consideró a la ley como una convención humana artificial, muchas veces contraria a la propia naturaleza y perjudicial. Las leyes son mudables, como la voluntad humana, por eso la justicia está sometida a vaivenes.
Defendía un humanismo naturalista que se puede apreciar en el siguiente razonamiento:
"Respetamos y veneramos a los que son de padres nobles, y no respetamos ni veneramos a los que no son de noble casa. En esto nos tratamos unos a otros como bárbaros, puesto que por naturaleza somos todos de igual manera en todo, bárbaros y griegos."
"Respetamos y veneramos a los que son de padres nobles, y no respetamos ni veneramos a los que no son de noble casa. En esto nos tratamos unos a otros como bárbaros, puesto que por naturaleza somos todos de igual manera en todo, bárbaros y griegos."